Si nos vamos a ir de este mundo, no me vengas con ñoñerías para melancólicos. Con hombrecillos cantando en falsete y arpegios suaves para descorazonados. Si nos vamos todos al carajo, que suene una ranchera. Es la música triste más alegre que conozco. Hoy traigo un pequeño himno a la muerte firmado por la llorona. Quizás esa devoción que sienten en méjico por la parca les de coraje para afrontar el último destino. Sí. Si sientes miedo y te entran ganas de llorar, mejor ponte a chavela, y que llore ella. Que lo hace mejor. Pon una botella de tequila al medio, abraza una silla de madera, y brinda con extraños por lo que fue, por lo que pudo haber sido.
Descansa en paz Chavela, nos vemos tras el último trago.
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