“Cada día suspiran mis zapatos por dejar el pavimento, separándonos a ti y a mí del centro, cada día…”
Me gusta Iván Ferreiro, es más, me encantan Los Piratas. Esto parece ser un deporte de riesgo en determinados ambientes, porque Iván Ferreiro tuvo un gran problema en su vida, tener éxito.
La disparatada fuente de pelotazos que fueron Los Piratas, liderados por el gallego, cosechó buenas críticas y ventas, lo que les llevó a ser radiados desde las más minoritarias ondas a los 40, y claro, todo éxito tiene su contrapunto reaccionario en forma de desprecio a ese triunfo, de asco a la tan cacareada comercialidad.
Piratas desapareció y emergió la figura de su líder en solitario, Iván Ferreiro, un tipo normal que va donde le llaman sin buscar la postura, pero que cuando abre la boca agarra a quien lo escucha y lo noquea con su voz personalísima, rota, expresiva y extraña, con su facilidad para pegar melodías en las cabezas y asombrar en el directo, y con letras, homenaje a todo lo triste, a la rajada de venas.
Aquí lanzo hoy “Inerte”, que era de Piratas pero que borda Ferreiro en su enorme disco en directo “Confesiones de un Artista de Mierda”, obligado disfrutar el vídeo y las subidas y bajadas frenéticas de su intérprete. Me encanta ser un triste.
La disparatada fuente de pelotazos que fueron Los Piratas, liderados por el gallego, cosechó buenas críticas y ventas, lo que les llevó a ser radiados desde las más minoritarias ondas a los 40, y claro, todo éxito tiene su contrapunto reaccionario en forma de desprecio a ese triunfo, de asco a la tan cacareada comercialidad.
Piratas desapareció y emergió la figura de su líder en solitario, Iván Ferreiro, un tipo normal que va donde le llaman sin buscar la postura, pero que cuando abre la boca agarra a quien lo escucha y lo noquea con su voz personalísima, rota, expresiva y extraña, con su facilidad para pegar melodías en las cabezas y asombrar en el directo, y con letras, homenaje a todo lo triste, a la rajada de venas.
Aquí lanzo hoy “Inerte”, que era de Piratas pero que borda Ferreiro en su enorme disco en directo “Confesiones de un Artista de Mierda”, obligado disfrutar el vídeo y las subidas y bajadas frenéticas de su intérprete. Me encanta ser un triste.
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